16 de Agosto

Ese verano me fui a vivir a Cáceres, era el verano de 2010 yo tenía 13 años, los acababa de cumplir. Dejé a todos mis amigos en Badajoz me costó tiempo olvidarlo. Mi barrio al principio me pareció horroroso y me aburría muchísimo, hasta que un día vi un camión de mudanzas en una casa muy bonita que estaba dos números más allá que la mía. Cuando vi a mis vecinos me parecieron buena  gente; además me pareció ver a una niña castaña y creí que era de mi edad, así que decidí preguntarle a mi madre  si podía ir a verlos, y como se llevó medio verano intentando que me hiciera amigos, me dejó ir. Cuando llegué a la casa me pareció bastante bonita y más nueva que la mía, así que como buena niña que soy me presenté :

-Hola soy Ami.

-Hola Ami yo soy Ana.

-¿Eres nueva?

-Sí.

-Igual que yo me acabo de mudar, vivo ahí -Dije señalando mi casa.

-Bonita casa.

-Gracias la tuya también es muy bonita. Oye Ana ¿Por qué te mudas a Cáceres?

-Me mudo porque voy a tener un hermanito y en mi otra casa no teníamos espacio. Yo soy de Montánchez, un pequeño pueblo de aquí al lado. Es dónde se crío mi padre y me encanta su castillo.

  -Ah, ¡que guay!, oye Ana, ¿quieres venir a dar una vuelta? Te puedo enseñar el barrio y podemos hablar, pero bueno, que yo del barrio sé también poco.

-Claro, me encantaría. Espera, voy a preguntarle a mi madre…

Aquella tarde me lo pasé genial, Ana era maravillosa. Desde ese día, ella y yo somos amigas. Conocí a su madre Isabel, Ana era clavada a ella y a su padre Roberto. Ella tenía la manía de llamar a Cáceres "la gran ciudad", las dos decíamos que teníamos que ir  a Montánchez y que ella me enseñaría a hacer de cabra, que por lo que entendí era escalar por las rocas de allí, y además veríamos  a Bussy, su gran pastor alemán que como estaba acostumbrado al campo no se podía mudar con ellos, y por eso se quedaba con sus tíos. Pero lo que más nos entusiasmaba era subir al castillo, que por lo que leí en Internet era lo más mágico de allí.

El verano iba genial hasta que llegué a casa, me dieron una mala noticia, mi padre se iba otra vez a Badajoz porque le habían dado un gran caso pero sólo podían pagarle el alojamiento a él, así que solo se podía ir él, y como esa temporada estábamos un poco mal de dinero, mi padre aceptó, así que sólo lo veríamos algunos fines de semana. Yo estaba un poco triste pero era lo mejor para nuestra familia.

Era mi primer día en el instituto Francisco Pavón (vaya nombrecito), y sólo conocía a Ana que por desgracia llegaba tarde. Por cierto yo hacía 2º de la E.S.O y me atemorizaba bastante lo que podía pasar, 1º lo pasé por puro milagro. No es que yo sea una mala estudiante; es que ese año me bloqueé bastante.
El primer día observé que las niñas estaban en grupitos cada uno por su lado. Cuando Ana llegó empezamos a inspeccionar el colegio. A la hora de la comida se acercaron a nosotros 3 chicas:

-Hola vosotras sois las nuevas, ¿No? Yo soy Tamara.

-Y yo Vanessa.

-Y mi nombre es Nicky.

Estuvimos durante toda la comida hablando con ellas, nos dijeron que tenían un club que se llamaba L.R.P (las ranas peligrosas) y que no nos acercáramos nunca a Angelina. Decían que era una malísima persona de nuestro curso y que siempre la tomaba con ellas...

Ya me estaba acostumbrando al colegio cuando una mañana...

Era la hora en que Ana me tenía que recoger para ir al instituto, o si no volveríamos a llegar tarde a la clase de la señorita Collins, que era una profesora de Lengua que me odiaba. Siempre me preguntaba a mi las cosas. Pff... la odio. Bueno, como iba diciendo, era la hora de que Ana me tenía que recoger pero llegaba tarde...
Por quinta vez llegamos tarde, y como os lo imagináis, castigadas en clase. Ese día me dí cuenta de lo mala que era Angelina, las L.R.P tenían razón. Cuando estábamos castigadas las dos, vino ella, que (¡mira que suerte!), era la encargada de vigilar a los castigados, ya que le hacía la pelota a la Collins y además que su padre era el director del instituto, el señor Vans-. Bueno, como iba diciendo, ese día no sé si fue el mejor o el peor de mi vida, pero lo viví, así que os lo voy a contar...