martes, 29 de noviembre de 2011

14 de Septiembre

Como seguía diciendo, estábamos castigadas, aunque eso no era lo peor. Ana y yo entramos al aula de castigo algo preocupadas. Veréis, yo en mi antiguo colegio nunca me había metido en problemas, era una alumna a la que los profesores adoraban, con lo cual nunca había estado en un aula como aquella. Empecé a observar detenidamente cada rincón de aquella desconocida habitación. La sala estaba escalonada, y había unas cuantas mesas repartidas por cada nivel, todas ellas muy separadas unas de las otras. En el escalón más alto dos chicos habían juntado las mesas y por los gestos que hacían supuse que estaban hablando del partido de ayer. Parecían buena gente, no como la chica que se encontraba dos escalones más abajo, que nada más entrar nos había mirado de arriba a abajo a Ana y a mi, y que ahora estaba rayando la mesa con un compás. Me detuve a pensar en lo irónico de la situación, cuando de repente una voz chillona que yo ya conocía muy bien me despertó de mi ensimismamiento.
- ¿Os vais a quedar ahí mucho tiempo?
   Sí, allí estaba ella, con su rizado pelo castaño recogido en una trenza, mirándonos con aquel desprecio con el que nos había mirado el primer día, ese desprecio que hacía que no te pudieras fijar en nada que no fueran sus ojos verdes y penetrantes. Le sostuvimos la mirada un rato hasta que me cansé de aquel jueguecito y cogí a Ana del brazo para que parara ella tambien.
Decidimos sentarnos en el ultimo nivel, para estar lo más alejadas posible de aquella bruja maquillada.
Cuando estábamos sentadas Ana no paró de hablar  de lo guapo que le parecía a ella Cristian Fernán (A mí no es que me parezca feo, pero tampoco lo veo muy guapo) ya que ella lleva colada por él desde que entro en el instituto.

Cuando Angelina irrumpió nuestra  conversación para recordarnos la hora que era.

- Chicas,  ¿No son las  17:30? ¿No tendrías que estar en otra parte? - Dijo Angelina con voz burlona.

En ese momento yo estaba que echaba humo. Pero no me iba a molestar en contestarle.

Pasamos el resto de la tarde demasiado tranquilas, lo que me preocupaba, Angelina no nos insultaba ni se metía con nosotras, al contrario estaba sentada en la mesa del profesor leyendo la revista "Teen Magazine"   (Sinceramente no me gusta esta revista, aunque todas las niñas de mi clase la leen, no sé qué le ven).

El castigo empezaba a las 15:00 y terminaba a las 18:30 y por desgracia nosotras teníamos la reunión con las L.R.P a las 17:00, y claro no teníamos los móviles, están totalmente prohibidos en el instituto, aunque la norma de los móviles a la gente no le importaba, se los traían igual.

 Bueno  no teníamos los móviles y claro no habíamos visto a ninguna de las del club en ninguna clase (Nosotras y Angelina somos de 2º A y las demás del club son de 2º B) y no las hemos visto en todo el día, esperaba que no se enfadaran.

Pero por un momento algo de emoción llegó a la tarde.

 Sobre las 17:45 entra un chico en el aula de castigo, era moreno con pecas y bastante guapo.

- Perdón Angelina por el retraso es que... - Dijo el chaval jadeando.

- Nada de perdón  Tomás tenías que haber estado aquí a y media y son menos cuarto y yo tenía hora en la peluquería, es que tienes que ser más responsable, tienes que llegar a tu hora si no, no deberías tener esta responsabilidad, ya sabes que si se portan mal, la culpa cae sobre ti. Bueno me tengo que ir que si no, no llego a la peluquería. - Dijo Angelina al pobre Tomás, con la lengua casi fuera.

Tomás no le respondió nada, pero nuestras miradas se cruzaron y fue como si le leyera la mente, quería decirle algo a Angelina para que se callara ya.

Me cayó muy bien Tomás, fue muy bueno con nosotros, se sentó en la mesa y nos preguntó que porque estábamos allí, cuando me tocó a mí...

-Hola, ¿Cómo te llamas? -Dijo con tono dulce

-Me llamo Ami y esta es Ana y estamos castigadas por llegar tarde a la clase de la señorita Collins. -Dije un poco cortada.

- ¿Puedo hacerte una pregunta Ami? - Me dijo muy seguro

- Claro, dime. - Dije con seguridad

- Bien Ami  ¿Llegáis tarde a otra clase que no sea la de la señorita Collins? - Dijo muy interesado

-No, ahora que me doy cuenta, no. -Dije pensativa

-Como lo imaginaba, chicas habéis visto por casualidad que en la clase de la señorita Collins hay un reloj muy grande. - Con cara de lo sabía.

-Sí  -Respondió Ana con ganas de saber lo que se imaginaba Tomás.

-Bien chicas el reloj de esa clase está adelantado  5 minutos, lo adelantó Angelina en 1º. - Dijo él

- Otra cosa más para la interminable lista de cosas malas que ha hecho Angelina. -Dije un poco burlona

-Ya... La señorita Collins mira el reloj y claro cree que llegáis tarde. No os fiéis de Angelina, así que ya sabéis llegad 5 minutos antes. -Dijo muy seguro

Riiinng...

Había acabado el castigo, se me había pasado rapidísimo hablando con Tomás.

Cuando salí me despedí de Ana, que ese día se iba a casa de su abuela a hacer los deberes y me dí cuenta de que Tomás iba por el mismo camino, que iba a ir yo , así que me eche una carrera para alcanzarlo. Estuvimos todo el tiempo hablando de lo que le gusta a él la pintura, me enseñó unos cuántos dibujos suyos y me quedé asombrada, hasta  me dio su número para quedar un día para tomar algo.

Ese de momento fue el mejor día de lo que llevo en el instituto.


Cuando llegué a casa y vi mi móvil tenía 5 llamadas perdidas y 3 mensajes de Tamara, pidiéndome explicaciones, le mandé un mensaje explicándole todo y lo entendió, menos mal.

Lo que quedaba de la tarde transcurrió tranquila.

Después de mi tarde en el aula de castigo, no volví a llegar tarde a clase de la señorita Collins, gracias a que Tomás nos dijo lo del reloj.